Alba Blanco: Tercer Marido

Desencadenante

Fotografía digital con revelado químico

50 x 70 cm

2012

Puesta en escena
Fotografía digital con revelado químico
3 piezas de 20 x 30 cm c/u
2012

Sujetos. Ext/noche

Fotografía digital con revelado químico

3 piezas de 50 x 70 cm c/u

2012

Sujetos. Int/noche
Fotografía digital con revelado químico
3 piezas de 50 x 70 cm c/u
2012

'Tercer Marido' forma parte del Festival Miradas de Mujeres 2013; se exhibe en Procesos Cruzados, en una exposición comisariada por Mariana Martín, codirectora de la Galería Gravura, compartiendo espacio con la exposición 'De segundas', de Laura Brinkmann.

Descripción:
1 fotografía de 46 x 70 cm: Desencadenante (sujeto).
3 fotografías de formato menor (20 x 30 cm): Puesta en escena.
6 fotografías (46 x 70 cm c/u): Sujetos artificiales.
1 montículo formado por una estructura plástica y serpientes de goma (alrededor de 500 unidades) iluminadas por un foco: Objetos.
Vídeo Tercer marido_Duraciones: mezcla de sujetos vivos con artificiales.

A grandes rasgos, Tercer marido es un simulacro de un simulacro: la construcción de un terrario, artificial en todos los aspectos, en el que se introducen fotografías ambiguas de seres reales y artificiales.

El título de la obra, Tercer marido, aparentemente no tiene nada que ver con el contenido. No se pretende mostrar un biorrelato; no hay ninguna guía para que el espectador determine lo que se está contando exactamente, no obstante todo está lleno de alusiones autobiográficas.

DESARROLLO. JUSTIFICACIÓN PERSONAL.

El proyecto Tercer marido surge a partir de una fotografía realizada al borde del divorcio. Es una fotografía muy artificial, de un ser vivo, serpiente, encerrado en un terrario e iluminado con un foco de luz dura. Todo me parece fotográfico: el animal atrapado en un entorno construido cuyo fin es servirle de soporte para ser expuesto; las condiciones de iluminación específicas que convierten de manera obvia ese espacio que imita a lo real en un decorado, una puesta en escena. Hago la toma sin pensar. Esa fotografía es el punto de partida.

Recurro al arte de manera terapéutica. Trato de cubrir necesidades afectivas. Mi casa está llena de huellas de mi hijo pero mi hijo no está. Las culebras en la ducha, en el suelo. No puedo moverlas. Quiero que todo esté donde mi hijo lo ha dejado. Los reptiles me acompañan siempre. Tengo la primera fotografía y la casa llena de serpientes. Como estos objetos pertenecen a mi hijo y necesito canalizar de alguna manera el desastre, quiero pedirle que colabore en el proyecto. A él le gusta la idea. Hacemos una sesión fotográfica en la que pido mi hijo (de 4 años en aquel momento) que tome las decisiones conmigo: él selecciona los sujetos, los dispone sobre la hierba, a oscuras, utiliza una linterna para iluminar, va moviendo los objetos. Selecciono 3 fotografías. Me interesa un formato más pequeño e íntimo para estas imágenes. Son como viñetas, una secuencia.

El punto final fotográfico del proyecto es la construcción. Intento conseguir la sensación que obtuve cuando realicé la primera fotografía. En ese caso lo que me llamó la atención fue el elemento natural en entorno artificial. Ahora sitúo sujetos artificiales en entornos de todo tipo: desde el estudio fotográfico a la naturaleza urbana. Obtengo resultados, como en el primer caso, ambiguos.

Las fotografías son objetos. Muestran algo que en realidad no está ahí. Por eso decido que las serpientes de goma también se encuentren en la sala. Aporta otra manera de construir una situación artificial, en este caso, corpórea. Fotografía que se enfrenta a los sujetos fotografiados.

Está claro que el proyecto no tiene nada de documental y verdaderamente tampoco de conceptual; no se trata de generar experiencias estéticas con un discurso claro y conciso. El mensaje aquí es relativo. Más bien se trata de de subrayar la experiencia frente a la comunicación de ideas concretas. Pese a que hay un contenido que motiva el proyecto dando lugar al resultado final, no se persigue en ningún momento que el espectador llegue a ninguna conclusión clara al respecto.

Por otro lado, me interesa mucho la evidencia del simulacro en todos los aspectos. En este caso la fotografía es más la construcción (en el espacio fotografiado y en el expositivo) que la toma en sí. Así, utilizo luces, elementos artificiales y sonido para evidenciar la puesta en escena. Y por ello me sirvo del espacio dentro y fuera de la fotografía.

Tercer Marido es un trabajo tanto introspectivo como exhibicionista (pues muestro mi vida privada) hasta cierto punto, pero con el que busco fundamentalmente generar sensaciones, extrañamiento, ruptura.